viernes, 7 de diciembre de 2018

EL LAND ART Y LA ESCULTURA EN EL CAMPO EXPANDIDO

Durante las décadas de los 60 y 70 el arte buscó su expresión fuera de galerías y museos, alejados de los formalismos. La forma artística predominante de aquella época era la escultura, que se encontraba en la encrucijada de desviarse del minimalismo y de enfrentarse al desafío de renovar su presencia en los espacios abiertos.

Lucy Lippard y John Chandler escribieron en 1968 un artículo en el que definían la evolución de las características inherentes al minimalismo como un fenómeno de desmaterialización del objeto artístico.  Este término ha sido cuestionado por ser impreciso, ya que abarca una gran variedad de tendencias y formatos que fueron sucediendo a lo largo de esta década y cuyo resultado seguía siendo en su mayoría un objeto.

El colectivo Art & Language se pronunció en una carta defendiendo que el que un arte sea directamente material y otro produzca una entidad material ´solo como un producto derivado de la necesidad de dejar registrada la idea no significa que este último esté conectado al primero por ningún proceso de desmaterialización. Además, señalaron las dificultades que supondría para la crítica abordar las cuestiones relativas a las formas sin forma y a las formas materiales en el caso de una desmaterialización literal.


Escultura minimalista de Richard Serra

Aunque Lippard admitió unos años más tarde la ambigüedad del término, definió un tipo de arte “ultra conceptual” que hace de las ideas su principal materia prima y prioriza el proceso mental, o la acción, por encima del resultado final de modo que el objeto pierde su vigencia.El arte deja de ser un objeto y se convierte en un instrumento de análisis, acoplándose a la intelectualidad y alejándose de su propia objetividad.

“Cuando las obras de arte, al igual que las palabras, son signos que expresan ideas no son cosas en sí mismas sino símbolos o representaciones de cosas” (Lippard y Chandler, 1968:34).

La desmaterialización ha sido ampliamente aceptada como una forma de definir el arte conceptual y junto a ella la condición “específica” (site-specific) se suma a las nuevas propiedades que resitúan a la escultura dentro del conjunto de prácticas artísticas. La escultura deja de ocupar el lugar que se le ha asignado tradicionalmente entre la arquitectura y el paisaje para pasar a formar parte de ambos entornos y pone de relieve la pérdida del rol monumental que se le había atribuido invariablemente hasta entonces y que conllevaba una serie de condicionamientos limitadores.

En 1967 una serie de artistas estaban comenzando a dar pasos hacia un nuevo tratamiento del espacio fuera de las galerías y en plena naturaleza, que derivó en un movimiento artístico plenamente establecido a finales de la década: Land Art. Este movimiento se reafirmó a través de los escritos de artistas, principalmente de Robert Smithson, y desde la teoría del arte de la mano de Rosalind Krauss, cuyo artículo “La escultura en el campo expandido” desarrollaba un “análisis cartográfico” en el que anunciaba el cambio estructural que estaba viviendo el arte en general y en concreto la escultura. Krauss pone en evidencia que en vista de las nuevas prácticas artísticas de finales de los años 60 e inicios de los 70, se hace inviable hablar de la escultura como una categoría que es definida por “lo que no es".

La condición negativa de la escultura de finales de los 60 y 70 viene dada por la desaparición de sus principales señas de identidad: la pérdida definitiva de la condición de monumento. Hasta el siglo XIX, las nociones monumento y escultura iban de la mano. Esa disociación elimina el vínculo a un espacio y un tiempo determinados. La escultura pasa entonces a carecer de una ubicación tanto física como conceptual, sobre todo con la eliminación del pedestal ya que es un símbolo exaltador de ideologías.


Esta característica de ausencia de localización, comenzó a explotarse con el minimalismo, de tal manera que entró en una categórica tierra de nadie. En este momento la escultura era lo que estaba en el paisaje pero no era paisaje. Krauss lo define como la categoría resultante del no-paijase y la no-arquitectura.
A partir de esta definición de arquitectura, Rosalind Krauss crea un diagrama a partir de los conceptos de no-paisaje, no-arquitectura a los que añade, los de arquitectura y paisaje. Entre cada una de estas parejas se encuentran diferentes ámbitos, que no son propiamente escultura, pero que están dentro del nuevo campo expandido de la escultura.

Diagrama campo expandido

Constantin Brancusi derribó la barrera que se imponía entre el monumento y el espectador dando una nueva dimensión expresiva a la base, que es incorporada a la escultura a través de nuevas formas que se acoplan a la figura. Brancusi adopta un planteamiento novedoso al ignorar los cánones de la representación humana y explotando todas las posibilidades de la fragmentación del cuerpo y de los objetos, liberándolos de cualquier significado que se deriva de pertenecer a un cuerpo entendido como un todo coherente. Además, introdujo el movimiento interno de la escultura a través del tratamiento innovador de los materiales, como el bronce pulido. Los reflejos del pulimento y los brillos permiten generar su propia luz, de modo que trasciende los límites del contorno de la propia escultura.

Brancusi nunca desdeñó la modernidad. Soñaba con una escultura arquitectónica, habitable, que no llegó a materializar a pesar de los numerosos bocetos y estudios que realizó. Dejó varios proyectos de escultura al aire libre inacabados por las dificultades de ejecución, aunque dejó una obra en el exterior que aún se conserva y que constituye un precedente. Esta obra (Puerta del Beso, Mesa del Silencio y Columna si Fin, 1938) es un conjunto ambiental en el que recurre a los recursos de los que fue pionero: el desarrollo de series escultóricas en base a unos pocos temas y reiteración de los mismos cánones estéticos, perfeccionando y modificando el pulido, el molde, los acabados... características reivindicadas por artistas minimalistas, renovadores y continuadores del pensamiento de Brancusi. Esta continuación se ve en el tema del descentramiento del cuerpo en la escultura abstracta de los earthworks, que obliga a los espectadores a proyectarse en ella desde una dimensión totalmente nueva que incorpora el espacio exterior en la obra.

Puerta del Beso, Constantin Brancusi

Mesa del Silencio, Constantin Brancusi

Columna Sin Fin, Constantin Brancusi

Robert Morris usó el término “paisaje” para describir este descentramiento. En un sentido diferente al del paisaje natural, explicó que el cambio en la escultura de finales de los años 60 consistía en el abandono del carácter unitario de la pieza que centraliza el foco de atención: “Campos de cosas que no tienen un foco centralizado y se extienden hacia o más allá del área periférica ofrecen una especie de modalidad de “paisaje” en oposición a un tipo de organización autocontenida que es la que ofrece el objeto específico”.

La pérdida del pedestal abre el camino a nuevas posibilidades de expresión que conducirán al famoso “campo expandido” y cobra fuerza la “autorreferencialidad” entendida a partir de la importancia que adquieren los materiales y el propio proceso de construcción. Richard Serra enumeró una lista de verbos para ilustrar las diferentes formas artísticas que se pueden generar a partir de otras tantas acciones.
Richard Serra, Verb List, 1967-68. 
Publicado en MÜLLER, G. (1972) The New Avant-Garde, Issues for the Art of the Seventies, Nueva York, Pall Mall, s/p


Rosalind Krauss afirma que es necesaria una ruptura respecto a la forma en la que tradicionalmente se analizaba la práctica artística y reivindica una manera diferente de observar el arte contemporáneo. A la vista de los importantes cambios experimentados en el campo de la escultura en los últimos años 60 y primeros 70, amplía el objeto de análisis en el significado tanto “interior” como “exterior” de la escultura postminimalista. Sirviéndose de las herramientas del pensamiento estructuralista y de los recursos de la semiología, Krauss ilustra el “campo expandido” de la creación plástica contemporánea en el que “escultura” es un término más dentro de un grupo de posibilidades. Los artistas minimalistas y postminimalistas se desplazarían de una parte a otra de este campo expandido, un deambular que tiene su razón de ser porque sus trabajos ya no están supeditados al uso de un solo medio, sino que es resultado de una exploración que puede responder a diversas motivaciones culturales y medios técnicos, (fotografía, vídeo, intervenciones sobre soportes no artísticos, etc.).

Esta circunstancia ya fue señalada por Robert Morris en Notes on Sculpture IV, y fue objeto de crítica por parte de Michael Fried en Art and Objecthood, donde proclamaba la necesidad de la pureza del medio para permitir una lectura acorde con las tesis modernas que para él aún estaban vigentes.

Fuente: Hacia una nueva teoría de la escultura a partir de la relaciones arte-naturaleza en el Land Art, Paula Llull Llobera.
https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/73863
http://compo3t.blogspot.com/2013/11/la-escultura-en-el-campo-expandido-de.html

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