El arte contemporáneo va más allá y convierte a la naturaleza en material, entorno y protagonista de particulares experiencias estéticas.
Las relaciones entre arte y naturaleza son antiquísimas. Desde tiempos remotos mujeres y hombres se han valido de elementos del entorno para expresarse estéticamente. Luego, al compás de la profesionalización del campo, fueron mutando y perfeccionándose los materiales con los que llevar a cabo la práctica artística aunque, en algunas disciplinas más que en otras, ese vínculo directo con la tierra a través del material se mantiene aún vigente.
Por otro lado, los temas de la naturaleza han sido una constante reversionada por las distintas corrientes, estilos y estéticas.
Más allá de esos vínculos milenarios y tradicionales, algunas expresiones estéticas contemporáneas se construyen a partir de una relación con la biosfera. Algunas, aunque expuestas en museos, proponen desde lo conceptual un vínculo con la tierra y el cosmos. Otras, salen al terreno y utilizan como material y espacio de emplazamiento a la misma naturaleza en sus diversas geografías.
Mendoza convoca y cautiva para convertirse en arte. Aquí, algunas experiencias estéticas en relación a la naturaleza, tanto inspiradas en la geografía provincial, silvestre o urbana, como en otros territorios, pero que entablan con esta tierra un nexo particular.
Obra de Land Art de Kardo Costa "Círculo de colores", en el Sinai (Egipto)
LA EXPERIENCIA DEL LAND ART: ARTE EN Y CON LA NATURALEZA
Como parte del arte contemporáneo surge en los 60 el Land Art, un movimiento que utiliza al entorno y los mismos materiales de la naturaleza para la creación estética así como para su emplazamiento. Estas manifestaciones cuentan con exponentes en todo el mundo y nuestra provincia ha visto gestar aquí obras de Kardo Kosta, uno de los artistas argentinos referentes de esta corriente y reconocido por ella a nivel mundial.
Kardo ha dejado aquí una importante huella como artista. Incluso, cuando regresó a la provincia en 2001, realizó un gran proyecto de Land Art en la Nave Cultural y otro en el ECA (Espacio Contemporáneo de Arte); además, dictó un curso al respecto en la Facultad de Artes y realizó intervenciones en la Fundación Marañon. También, ha llevado a cabo experiencias artísticas en relación a la naturaleza en otros puntos del país como las Salinas de Córdoba, el museo Hudson en Buenos Aires y en el hospital Borda.
Desde Europa, donde vive actualmente, Kardo nos cuenta en relación a su experiencia: "El hecho del Land Art surgió en mí a partir de 2000 ante la imposibilidad que había de hacer exposiciones en otros lugares, sobre todo, por el costo que implicaba el traslado de la obra, más embalaje y miles de etcéteras...
Decidí entonces, que lo mejor era trasladarme al lugar y allí hacer la obra y luego dejarla. Poco a poco fui viendo sobre este movimiento que surgió en los años 60, y que tenía como uno de sus planteos principales salir de los museos, ya que las obras allí se escondían y estaban puestas de tal manera que el espectador tuviera una sola posibilidad de verlas. Así fue que empecé a trabajar primero en los bosques cercano donde vivo y luego trasladándome a otros espacios naturales, como salinas, costas, ríos, montañas... donde desarrollo Land Art, como por ejemplo Argentina, México, India, Francia, Alemania, Italia, España, Croacia, Cuba, Egipto. Las distancias también son importantes en este trabajo y sobre todo la instalación de la obra en el espacio natural y la fragilidad que ella tiene en ese entorno, también la trasformación o a la "pátina del tiempo" que hace la naturaleza, y cómo funciona su relación con el entorno y las diferentes luces del día. Actualmente, esto y realizando un proyecto que se llama "Camioncello", realizo viajes en una pequeña casa rodante y me instalo en un espacio durante algunos días y allí realizo un relato visual de Land Art. Luego, esto va registrado en Internet y en un futuro posible irá impreso".
En relación al trabajo artístico en terreno, el artista explica que lo importante es llegar a un espacio natural que no se conoce y entrar en contacto con él, sabiendo que la obra va a surgir del entorno que la rodea. Los materiales que la conformarán estarán ahí: las texturas, los colores, las líneas.
"Es como una conexión mágica entre mi cuerpo y la naturaleza, en ese momento yo también soy parte de ella, como ha sido siempre", sintetiza.
Con respecto a su producción de Land Art, Kardo comenta que trabaja en torno a series de una misma temática con las variaciones que le genera cada ambiente particular. Encuentra que, de alguna manera, todas sus obras están ligadas entre sí y tienen un hilo conductor según una forma de pensar y entender la relación entre el ser humano y la naturaleza: "las obras están dirigidas a mostrar la contradicción civilización y naturaleza", reflexiona.
Finalizando el intercambio virtual en que Kardo nos relata sobre su obra, el artista pregunta "¿se nos queda algo interesante sin mencionar?" E inmediatamente completa: "creo que hay una que es importante y se refiere a la comunicación y a la tecnología. Paralelamente a todos estos trabajos he realizado proyectos relacionados con la tecnología: Copyart, Faxart y actualmente todo lo relacionado con Internet, que nos da varias ventajas con respecto a la comunicación. Antes yo hacía mi obra, en mi taller. Pasado un tiempo, llegaban un par de amigos, veían la obra; un tiempo después venían otros y la comentaban y al cabo de un año, tenía una cierta cantidad de obras y hacía una exposición y la veía un poco más de gente. La ventaja de Internet es que yo hago la obra y la fotografío y luego, al instante, hay un montón de personas que la están viendo y enviándome sus comentarios en distintos lugares del mundo. Internet para mí es un lugar para comunicar e intercambiar proyectos además de ser una fuente de información que en otros lugares uno no lo encuentra normalmente."
Obra de Land Art de Kardo Kosta "El último barco", Cuba.
Como parte del arte contemporáneo surge en los '60 el Land Art, un movimiento que utiliza al entorno y los mismos materiales de la naturaleza para la creación estética así como para su emplazamiento.
"Ojos de agua. Miradores de Estrellas", de Laura Hart
ARTE Y COSMO
Hay otras obras que, aunque no se realicen con materiales extraídos del entorno ni se emplacen para ser contempladas en un espacio natural, son concebidas a partir de las relaciones que los seres humanos entablamos con el medio ambiente y proponen una experiencia estética de profunda conexión con el mismo.
Es el caso del Proyecto Ojos de Agua. Miradores de Estrellas que inició Laura Hart en 2009 con motivo del Año Internacional de Astronomía. Se trata de una obra en proceso que ha cumplido ya diversas etapas y se proyecta a nuevos desafíos. Esta secuencia está concebida con el fin de producir una íntima relación con el cosmos. No es que la obra sea entorno a la naturaleza; lo que la hace peculiar es que permite generar una experiencia a partir de la naturaleza, convocando a vivenciar un profundo y movilizador contacto con el universo.
Consiste en una instalación que fue expuesta en París en una sala de la UNESCO y en el Espacio Contemporáneo de Arte de nuestra provincia. "Los Ojos de Agua. Miradores de Estrellas son observatorios del cielo nocturno a través del reflejo en el agua. El juego comienza cuando se mira hacia abajo para ver hacia arriba. El reflejo nos devuelve la propia imagen adosada al mapa celeste.
Esta imagen propone una nueva mirada del sí mismo en la inmensidad del cosmos. La obra es una invitación a la reflexión, a la comprensión de que somos Madre Naturaleza. Más allá de nuestro barrio, nuestro país y nuestra galaxia, somos parte del todo, con la medida que el universo nos da", explica la artista.
"Ojos de Agua. Miradores de Estrellas" de Laura Hart
Estos espejos de agua están contenidos en diferentes reservorios creados por Laura y las instalaciones de los mismos son documentados fotográficamente para formar parte, luego, de la secuencia que conforma la muestra.
La misma está constituida por imágenes digitales, fotomontajes, dibujos y diferentes formatos de reservorios (tallas en piedra, material reciclado) que requieren de la geografía y el mapa celeste.
En cuanto a su experiencia como artista abocada a este tipo de creaciones en relación con la naturaleza y en cómo llegó a concebir esta obra en particular, Laura nos explica que su producción estética está ligada al arte rupestre y que desde hace más de 20 años se dedica a crear un archivo documental al respecto.
"Esto me llevó a muchos sitios arqueológicos y a aproximarme a las culturas prehispánicas andinas de Sudamérica. Estudié qeshwa y caminé por regiones andinas para conocer sus tradiciones. Así fue como encontré que en algunos sitios hay pocitos en las piedras que se usaban para rituales, para molienda y que podrían haber sido usados para mirar las estrellas. Esta conjunción de usos me pareció increíble y decidí tomar esos espejos de agua como una forma de mirarse a una misma en el cosmos y encontrar la dimensión propia en el universo, una manera de hallar armonía con la Madre Naturaleza. Toda actitud creativa para mí es un ritual, es ponerme en contacto con la Madre Tierra, es una manera de transformar mi estado de conciencia hacia un espacio y tiempo diferente sin medida. Algunas instalaciones de ojos de agua lo hice en ámbitos naturales en solitario y fue increíble (lo compartí solo con dos personas más). Lo temporal-espacial, la obra, la inmensidad de la geografía y mis sensaciones, mis emociones, conformaron un ensamblaje indescriptible, una experiencia muy personal en la que no se piensa en el espectador, ni el mercado ni en otra cosa que la del momento. Verdaderamente, un vuelo en solitario."
ARTE EN EL TERRITORIO
Con una propuesta que también involucra particularmente al entorno, el colectivo de artistas ArteInSitu realiza encuentros de arte y naturaleza en distintas regiones del país promoviendo muestras e instalaciones que se llevan a cabo en cada lugar, emplazadas al aire libre y realizadas con elementos naturales recolectados o propios de dicho entorno, proponiendo una reflexión sobre el arte y el medio ambiente.
El colectivo realiza propuestas anuales bajo una temática específica en diferentes provincias. Este año están desarrollando Proyecto Terroir. La idea del mismo consiste en realizar obras en relación al paisaje, con los elementos que ahí se encuentren, a fin de señalizar o poner en evidencia el uso de los suelos, los recursos naturales y la incidencia del hombre sobre los mismos.
En noviembre ArteInSitu estará en Mendoza para inaugurar la muestra itinerante Humedales, que registra las obras realizadas en los "Encuentros de Arte y Naturaleza" en territorio entrerriano (2011-2012-2013) en donde más de 40 artistas nacionales y sudamericanos realizaron obras en relación al paisaje cultural. Como parte de la muestra, realizarán una serie de actividades, que incluyen una intervención in-situ en los jardines y explanada la Nave Cultural de la que participarán Diana Campos, de Entre Ríos; Rodrigo Bruna, de Santiago de Chile; Irene Serra, de Buenos Aires y Franco Cazzola, artista de Mendoza.
EXPERIMENTANDO CON LA NATURALEZA
El exponente de Mendoza de la experiencia de ArteInSitu de la provincia es un joven artista local. Franco Cazzola ha incursionado ya en algunas muestras en la que ha creado con elementos provenientes de la naturaleza. Es el caso de la exposición "Ama y haz lo que quieras", que realizó en el marco del Concurso de Intervenciones Humanas que organiza la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza en el Paseo Alameda. La premisa era intervenir un espacio a partir de un rasgo distintivo del paseo. Franco tomó como inspiración para la consigna los puestos de flores, la forma en que se integran al espacio con sus colores y fragancias. La intervención constaba de cuatro esculturas: un anciano con una niña y una pareja abrazada, realizadas con ropa y recubiertas de flores en los cuerpos.
"Ama y haz lo que quieras" de Franco Cazzola
"Las flores invaden a los personajes y los toman por completo, son personajes fugaces, que se van a marchitar, desteñir, pero en su esplendor, son imagen de quienes se aman", relata el artista sobre esa obra. En cuanto a su experiencia con la naturaleza, Franco entiende que la vinculación con la misma se da por los materiales empleados para las instalaciones pero que en su caso la relación es más bien metafórica."
Para su participación en las intervenciones que el colectivo ArteInSitu realizará en la provincia, Franco ha proyectado la realización de una instalación conformada por una estructura de estepicursores entrelazados, plantas rodadoras que conformarán un gran bloque que será podado hasta lograr una forma geométrica.
"Esta obra quiere ser una reflexión sobre el desierto utilizando estepicursores tan característicos de las zonas áridas, imagen icónica del desierto y los westerns. Estas plantas son signo de la fertilidad en condiciones adversas, son la vegetación propia del suelo árido y habitantes de los baldíos de Mendoza. Me gusta la idea de una cosa, de una ciudad que surge y persiste en medio del desierto", anticipa. Con la presencia de estas plantas secas en el imaginario colectivo de los mendocinos (y toda una serie de significados asociados a ellas) es que Franco ha planteado la configuración de la obra que podremos disfrutar en la explanada de la Nave Cultural.
Una excelente oportunidad para conocer más, y en terreno, sobre estas experiencias estéticas que proponen desde diversas alternativas y lugares una conexión profunda con la naturaleza.
Escrito por Natalia Encinas. Por Redacción CH.
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