Pues bien, la naturaleza es arte por sí misma y el desierto es una parte de ella en el cual también se crean obras artísticas de Land Art.
Una creación artística de Land Art, en medio del Desierto del Sahara, forma las metáforas más hermosas sobre este paisaje; sobre la infinidad y profundidad del desierto.
Se conoce como el Desert Breath, una fantástica obra de arte situada en el desierto egipcio con forma de laberinto.
Cuando hablamos de arte refiriéndonos a Egipto pensamos en el estilo que caracterizó a la civilización de los faraones durante milenios sin apenas cambios. Siempre se suele pensar en lo faraónico o en lo islámico pero nunca a nadie se le suele ocurrir pensar en arte contemporáneo.
Y, sin embargo, el Desert Breath demuestra que es posible.
Desert Breath significa "aliento o respiración del desierto".
Fue un proyecto realizado en 1997, pero hasta día de hoy no se ha desintegrado, ya que se trata de una instalación creada con materiales del entorno: arena y agua. De ahí que sea considerado arte y un instrumento para medir el paso del tiempo.
Fue creado por D.A.S.T Arteam, compuesto por un equipo de artistas que tuvieron la idea de plantar uno de sus proyectos en pleno Desierto del Sahara, en su parte egipcia; específicamente en un lugar cercano al Mar Rojo denominado El Gouna, localizado al norte de la turística ciudad vacacional de Hurghada.
El equipo está compuesto por Danae Stratou (artista de la instalación), Alexandra Stratou (diseñadora industrial y arquitecta) y Stella Konstantinidis (arquitecta) que tardaron casi dos años en terminar el trabajo, entre los años 1995 y 1997.
Estas artistas explicaron que eligieron un punto clave del paisaje donde hubiese agua y un cuerpo de montañas, por lo que dicen "es un punto donde la inmensidad del mar se encuentra con la inmensidad del desierto".
La obra se expande por un área de 100.000 metros cuadrados. A gran escala es un laberinto, pero cuando el espectador está en la zona puede caminar dentro de la espiral, entre volúmenes cónicos de rigurosa belleza geométrica.
Su realización fue posible gracias al desplazamiento de 8.000 metros cúbicos de arena para crear los conos. Dichas figuras forman dos espirales entrelazados que se desdoblan en el paisaje desde un mismo centro: un estanque artificial de 30 metros de diámetro lleno de agua.
La obra consta de dos niveles diferentes desde el punto de vista: desde arriba como una imagen visual, y desde el suelo, caminando la espiral, como una experiencia física.
El hecho de que la obra haya sido reflejada en el desierto tiene un significado, la representación de lo infinito, combinando esa especie de relieves en positivo y negativo con la inmensidad del paisaje que los rodea. El mismo que va deshaciendo poco a poco el trabajo de las autoras, de forma que dentro de un tiempo esta obra de arte habrá desaparecido, de ahí su metáfora.
Por tanto, el desierto es también un lugar o medio para llevar a cabo increíbles creaciones artísticas como Desert Breath.
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