Cuando pensamos en arte automáticamente se nos viene a la cabeza la imagen de pinceladas sobre un lienzo, una escultura tallada en mármol o, simplemente, un cuadro colgado en un museo.
Pero el concepto arte implica mucho más. Es complicado definir el arte, ya que existen un gran número de estilos, corrientes y movimientos. Y cada estilo, corriente o movimiento se caracteriza por el empleo de diferentes herramientas y materiales para hacer arte. Seguro que todos hemos oído hablar del carboncillo, la pintura al óleo y la acuarela, materiales normalmente predestinados a un uso específico que determinan la forma de crear arte.
Sin embargo, existen muchas corrientes artísticas que buscan descontextualizar estas formas de hacer arte. El arte contemporáneo busca romper con las prácticas convencionales y para ello aparecen nuevas formas y materiales.
Una de estas nuevas corrientes es el Land Art. Como sabemos por entradas anteriores, el Land Art es un movimiento artístico que surge en los años sesenta, década plagada de revoluciones. Hippies, pacifistas e idealistas se manifestaban en las calles expresando su inquietud ante la guerra y la destrucción que asolaba el mundo, y que traían consigo la destrucción del hombre y la devastación del planeta. Los jóvenes comenzaron a luchar a favor de la paz y la libertad de expresión, apareciendo diversas formas de propaganda que calaron en las diferentes comunidades de personas, que empezaron a preocuparse por estas circunstancias. Una de ellas fue la comunidad artística que, como respuesta, muchos artistas decidieron salir de sus talleres, dejar a lado sus materiales y tomar los elementos de la naturaleza para hacer arte.
Aunque el Land Art surge con la intención de manifestar la inconformidad hacia el daño que se estaba provocando al planeta, también fue una forma de expresar el malestar hacia las instituciones que regulaban las artes. Se buscaba llevar el arte al mundo, sacarlo de las galerías y estudios para exponerlo de facto, formando parte del entorno y desafiando los medios de producción artística establecidos.
El Land Art utiliza el espacio natural como soporte de la obra. El paisaje pasa de ser para el artista un objeto de descripción a convertirse en la obra de creación. Los artistas llevan a cabo una serie de manipulaciones y transformaciones sobre el paisaje para llevara a cabo su obra, de modo que obra y paisaje se encuentran en armonía. Los materiales utilizados para la creación de obras de Land Art son los que encontramos en la propia naturaleza: tierra, madera, rocas, agua, etc. Las características de los materiales, y su exposición a la intemperie hace que las obras sean efímeras y que podamos apreciar el paso del tiempo y la erosión en algunas, aunque otras duran solo unos instantes. Un ejemplo son aquellas obras en las que se usan elementos como el fuego, la lluvia o incluso los relámpagos, como la famosa obra Campo de relámpagos de Walter de Maria, que sólo puede verse durante las tormentas eléctricas, o los anillos de agua y fuego de Gerry Barry, que podemos apreciar en la siguiente imagen:
Anillos de agua y fuego
Campo de relámpagos
El mar es otro agente presente en las obras del Land Art. Muchas obras son creadas cerca del mar, o en su misma arena por lo que las mareas también intervienen en las obras de Land Art. Este es el caso de las obras de Andrés Amador, un artista que crea increíbles dibujos en la arena. Como podemos apreciar en la siguiente foto, la obra solo dura hasta que sube la marea.
El viento también es un elemento importante en las obras de Land Art, siendo el protagonista de muchas de ellas. Un ejemplo lo encontramos en The sound of Denmark, un proyecto retrofuturista de Laura Mesa Arango y Rafael Sánchez Herrera, presentado al certamen Land Art Generator Initiative en el año 2015. Este proyecto se llevó a cabo en Copenhage y combina los aspectos funcionales de obtención de energía eólica con las raíces culturales del país que remiten a sus orígenes vikingos haciendo referencia a sus tradicionales cuernos con los que se comunicaban entre poblados. Las trompas están planteadas desde una óptica monumental que enriquece el paisaje, además de obtener energía de la brisa y las fuertes corrientes características de la zona. Cada trompa produce un sonido característico al entrar en contacto el aire con los tubos generándose una vibración que retumba en el cuerpo interior indicando la fuerza y dirección de las corrientes de aire.
Y como decíamos, el propio paisaje es el elemento principal. Fijémonos en esta obra de Mick Petts, integrada en el paisaje de Nuevo Gales del Sur (Australia).
Epectacular, ¿verdad?. Esperamos que esta entrada os haya ayudado además de a conocer los materiales empleados en el Land Art, a romper con esas imágenes, esos prototipos que tenemos sobre el arte, los materiales utilizados en el arte y los lugares donde se muestra el arte.
https://redespress.wordpress.com/2015/01/13/the-sound-of-denmark-el-sonido-del-viento/
https://www.recreoviral.com/creatividad/hombre-renuncio-trabajo-ahora-realiza-obras-arte-arena/
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