El bosque pintado o bosque de oma, es una clara expresión de la corriente artística del “land art”, ya que trabaja el arte en un espacio exterior, y concretamente en una reserva natural. Se sitúa en la localidad vizcaína de Kortezubi, cerca de Gernika, en el interior de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Mapa de la reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Esta obra artística fue realizada por el pintor escultor vasco Agustín Ibarrola nacido en Basauri (Vizcaya), el 18 de agosto de 1930, y la obra fue realizada entre 1982 y 1998. Debemos destacar que es una de las obras más conocidas del artista.
El pintor y escultor quiso fusionar la técnica que utilizaban en el Paleolítico para pintar sobre la roca y la corriente moderna del “land art”, que consiste en trabajar sobre la naturaleza. Se podría decir que el Bosque Pintado es una original experiencia artística que reflexiona sobre el espacio y las reglas del arte.
En el camino hacia el bosque, se pueden distinguir las referencias geográficas que han condicionado al artista en la realización de la obra: los valles de Basondo y Oma; las rutas que esconde el encinar entre la que se encuentra la cueva de Santimamiñe donde se hallan las pinturas paleolíticas más importantes de Bizkaia, los castros prerromanos de Nabarniz y la ciudad y el árbol de Gernika.
A medida que estés paseando por el bosque de pinos, según el sendero que elijas para caminar o la dirección en la que mires comprobarás que en ocasiones la figura de un solo árbol tiene entidad en sí misma mientras que en otros casos, podrás ver que si unes las figuras de varios árboles, estas se recomponen y crean formas definidas. La percepción de las figuras varía según el punto de observación, es decir, las figuras se transforman. En definitiva, podríamos decir que se convierte en una visita personalizada, en la que el artista consigue hacer que el visitante sea protagonista de su obra, es decir, es el visitante quien tiene que jugar a construir y destruir las formas, según el punto de observación que elija ante cada composición artística.
Como hemos dicho anteriormente, en esta obra de Ibarrola hay muchas maneras de mirar y dependiendo de eso se forman las figuras que están pintadas en los árboles, pero para ubicar al visitante a la hora de seguir el recorrido señalado en el mapa, hay que tener en cuenta que los temas se pueden dividir en tres grandes grupos:
1. En el primer grupo residen las referencias al lenguaje artístico y a los movimientos dentro del Arte que han planteado cambios en la plasmación del espacio artístico. La primera pintura que podemos encontrar en el bosque llamada La raya blanca, es una inversión de la perspectiva renacentista ya que para ver la línea en un solo plano lo más lejano tiene que ser más grande que lo más cercano. Dentro de este grupo estarían también otros temas como el Puntillismo (referencia al Impresionismo tardío), Cuadrados rojo y amarillo (homenaje a Malevich y al constructivismo ruso), Diagonales de colores (recreación del movimiento Minimal a partir de la repetición insistente de diagonales), el Círculo, La forma curvilínea amarilla, El homenaje al Greco y en general las composiciones abstractas.
2. En el segundo grupo lo forman las referencias a la naturaleza (El Arco Iris de Naiel, El Rayo), al elemento totémico (Figuras de pájaros y animales) y al mundo de las leyendas relacionadas con el bosque (La mirada de Basajaun, que es un personaje mitológico del País Vasco, Los ojos, etc.). Estas están plasmadas en elementos figurativos, que se forman a partir de los principios estéticos que aparecen en las formas abstractas del grupo anterior.
3. Por último, el tercer grupo se basa en las representación de figuras humanas (La marcha de la humanidad), reflejo de la iconografía de Agustín Ibarrola, aparecen dispersas por distintas partes del bosque, creando conjuntos compactos o intercalados entre distintos temas.
Aquí os dejamos algunas de las fotos que más nos han gustado del Bosque pintado de Oma:
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